El Instituto Preescolar Puebla surge como una respuesta del Instituto Universitario Puebla a la preocupación por desarrollar gente de valor. Es nuestra creencia como Instituto, que es en la temprana edad donde realmente comienza la formación de los hombres y mujeres, es aquí en la edad preescolar que la niña y el niño reciben e interpretan la información de su entorno y la transforman en su propia realidad; ¿por qué no fomentar a estas y estos pequeños de una formación con valores y principios que los convierta en niños inteligentes, asertivos, fuertes y sensibles a la vez, consientes del impacto que los seres humanos tienen sobre el medio que los rodea?
El programa implica principios teóricos que lo fundamentan y una metodología a través de la cual cada uno de los elementos tiene un enfoque coherente con características y posibilidades de participación de los niños. Define el lugar y la función del docente, la naturaleza de sus relaciones con los niños, las relaciones entre los mismos niños, y las relaciones de éstos con el tiempo, el espacio, el trabajo, los materiales, y la evaluación. Así el Instituto Preescolar Puebla trabaja bajo el programa que marca la Secretaría de Educación Pública siendo este: el Programa de Educación Preescolar plan 2004 que se define como: al conjunto de la misión que tiene la Educación Preescolar en compilación de la misión del Instituto, y expresa los logros que se esperan en los niños y las niñas que cursan del 1º al 3º de preescolar.
La influencia que ejercen los primeros años de vida es muy importante en el desenvolvimiento personal y social de los niños; ya que en esta edad desarrollan la identidad personal, adquieren capacidades fundamentales y aprenden las bases para integrarse en la vida de sociedad. Los propósitos, son base para definir las competencias a favorecer en ellos mediante la intervención educativa. Los procesos del desarrollo y aprendizaje infantil es identificar un gran número de capacidades que los niños desarrollen desde muy temprana edad e igualmente confirman su gran potencial de aprendizaje, este se beneficia por la diversidad, la oportunidad y la riqueza del conjunto de experiencias de los niños.
Los niños entre los tres y cinco años de edad deben participar en experiencias educativas interesantes que presenten retos a sus conocimientos y capacidades de acción en situaciones diversas ya que en los primeros años se constituyen un periodo de intenso aprendizaje y desarrollo que tiene como base la propia constitución biológica o genética que desempeña un papel clave las experiencias sociales.